No todos los héroes llevan capa, y aquellos que distribuyen alimentos perecederos, son algunos de ellos. Cada vez que nos sentamos a la mesa a disfrutar de un buen bistec, pescado, ensalada o yogurt, lo podemos hacer sin preocuparnos de enfermar gracias a un proceso llamado Cadena de Frío.

La cadena de frío es un proceso complejo que garantiza el suministro de cualquier mercancía a temperatura controlada. Durante la producción, transporte, almacenamiento y venta, se asegura que los productos no salgan de un rango de temperatura adecuado. Sectores como el alimentario, farmacéutico o el transporte de flores dependen enormemente de este proceso.

La importancia de la cadena de frío

Datos de la Organización Mundial de la Salud indican que hasta el 40% de los alimentos cosechados se pueden perder por fallas en el procesamiento, almacenamiento o transporte. El 25% de las vacunas y casi el 20% de los productos farmacéuticos llegan degradados a su destino debido a interrupciones en la cadena de frío.

La cadena de frío debe mantenerse en todas las etapas del suministro, desde la producción hasta el consumo, para garantizar la calidad y la vida útil de los productos. Este proceso no solo previene enfermedades transmitidas por los alimentos, sino que también evita la proliferación de microorganismos patógenos sin alterar las cualidades organolépticas y nutricionales de los alimentos.

¿Qué pasa si se rompe la cadena de frío?

Cuando la cadena de frío se rompe en algún punto del suministro, la actividad microbiana se reanuda, lo que aumenta la probabilidad de que el alimento se deteriore y pueda causar una toxiinfección alimentaria. En el transporte, una ruptura puede provocar desde pequeñas alteraciones hasta la descomposición total del producto. Por eso, es crucial mantener la cadena de frío intacta durante el mayor tiempo posible.

Alimentos que pierden la cadena de frío

Carne, pescado, productos lácteos y vegetales son algunos de los alimentos que requieren temperaturas de conservación controladas. A temperaturas entre -4°C y -7°C, se inhibe el crecimiento de microorganismos patógenos. A -18°C, se detienen las reacciones responsables del deterioro de los alimentos. Los productos frescos deben mantenerse entre 0°C y 7°C para garantizar su calidad.

Mantén la cadena de frío con Govoy

En Govoy, entendemos la importancia de la cadena de frío en el transporte de alimentos perecederos y productos sensibles a la temperatura. Nuestro software de optimización de rutas te ayuda a planificar tus entregas de manera eficiente, asegurando que tus productos lleguen a su destino en las mejores condiciones.

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Mantener la cadena de frío intacta es esencial para la seguridad alimentaria y la eficacia de los productos farmacéuticos. Siguiendo buenas prácticas y utilizando herramientas adecuadas, puedes contribuir significativamente a la salud y bienestar de los consumidores. ¡Conviértete en un guardián de la cadena de frío con Govoy!

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